Asociada, en el imaginario nacional, con el descanso, el hedonismo y la diversión, Mar del Plata —la “Ciudad Feliz”— fue, durante mucho tiempo, el escenario en el que las infancias argentinas disfrutaron de sus vacaciones, conocieron el mar y socializaron fuera de la escuela.
Pero esa imagen es ciertamente una idealización y, en tanto tal, una distorsión de lo real, pues aquella Mar del Plata albergaba, junto a la infancia veraneante —la de los sectores trabajadores, obreros y empleados— a la “infancia padeciente”, constituida por niñas y niños contagiados por enfermedades crónicas, como la tuberculosis, o epidémicas, como la poliomielitis.
Mar del Plata fue sede de dos experiencias terapéuticas pioneras en América Latina: el Hospital y Asilo Marítimo y el Centro de Rehabilitación para Niños Lisiados (CERENIL). Menos felices, y con silencios más fuertes que el bullicio propio de la edad, en ellos se albergaba la infancia enferma. Es de esa infancia, de la vida en esos establecimientos, de las ideas terapéuticas y sociológicas sobre la enfermedad y la cura que trata este libro, primero en poner la mirada sobre una dimensión hasta ahora olvidada de la vida de la ciudad.