A lo largo del siglo XX, en Argentina, quienes se desempeñaban en el servicio doméstico, en su mayoría mujeres, fueron a la vez incluidas y excluidas de buena parte de los derechos laborales garantizados a otros trabajadores y trabajadoras y, en términos más generales, del régimen del salariado. Este libro explora, a partir del análisis de proyectos de legislación y debates parlamentarios, cómo en diferentes contextos se justificó el lugar ambiguo del servicio doméstico respecto de los derechos asociados al trabajo, pero también cómo los sujetos se apropiaron de las leyes para reclamar y resolver conflictos que se iniciaban en el espacio laboral-doméstico y se resolvían en el ámbito de las instituciones judiciales. En esta propuesta, el género ocupa un sitio clave: los juegos de inclusión/exclusión dan cuenta de nociones generizadas en torno de las que se articularon las protecciones sociales. Si servicio doméstico y derechos laborales recorrieron senderos escindidos, en los inicios del siglo XXI parecieran volver a confluir, aunque las particularidades del empleo en casas particulares plantean desafíos difíciles de resolver -vinculados, por ejemplo, a los tiempos y las características del cuidado, a la imposibilidad de separar el trabajo de la persona que lo realiza, a la ambigüedad afectiva que atraviesa las relaciones que se entraman entre empleadores y trabajadoras-. Este texto busca ofrecer una lectura históricamente informada que contribuya a pensar esos desafíos con la ilusión de aportar a la construcción de una sociedad más justa.
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